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martes, 2 de noviembre de 2010

INVITACIÓN ESPECIAL


PRIMERA MUESTRA DE POESÍA Y PINTURA
“CONCIENCIA DE NUESTROS SENTIDOS”

INAUGURACIÓN: 
EL VIERNES 5 DE NOVIEMBRE A LAS 20 HS
VERNISAGE CON EMPANADAS Y VINO
(La muestra permanecerá abierta hasta el 20 de Noviembre)

ESPACIO "SANTA COLOMA"
Júpiter y Jasón -PINAMAR-

Reseñas de los autores

ADRIANA AMBROSIONI 
Nacida en la Ciudad de Buenos Aires, vivió sus primeros treinta años en la ciudad de Ramos Mejía, entre los sauces y las palmeras de la quinta de su abuelo paterno.
Con unos padres que desde siempre habían disfrutado  el maravilloso placer de la lectura y un abuelo que escribía poemas, libros de viajes y que había filmado dos películas en los comienzos del cine Argentino, no fue difícil ir descubriendo cuál sería su camino.
Escribió su primera poesía, dedicada a su madre, a los seis años y a esa misma edad comenzó su relación con los lápices y el dibujo.
Cursó tres años en la carrera de Letras, asistió al taller Literario del escritor Héctor Lastra en la S.A.D.E., participó en la creación y sostén de una revista de cultura, “Frente de Tormenta” en los años en que las cosas volvían a hacerse difíciles para Buenos Aires (1989-1990). Tomó clases de dibujo con profesores particulares, en la Sociedad Estimulo de Ramos Mejía, en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes de Buenos Aires  y, en los últimos tiempos, en la Asociación Amigos de Bellas Artes con el pintor y dibujante Mariano Sapia.
Una historia laboral extensa y agotadora la fue llevando a la necesidad de un cambio de rumbo. Un día, en esa búsqueda, se encontró en la Asociación Japonesa de Argentina y fue allí que se formarían las dos patas que estaban faltando a su mesa: el Yoga y el Shiatsu, la unión del cuerpo y la mente con el equilibrio necesario que luego le ayudaría a ofrecer bienestar a los demás. Ese bienestar tan natural como es el aire que nos rodea y que en muchos casos nos es tan difícil  incorporar.

Luego llegó otro de los cambios fundamentales, modificar el entorno. Para sentirnos en libertad, muchas veces se hace indispensable abrirnos, buscar horizontes visibles, mares que nos devuelvan el movimiento, árboles que nos enseñen que hay otra luz y que podemos llevarla dentro nuestro.
Ya en Pinamar, en un principio y ahora en Valeria del Mar, con un nuevo proyecto de vida y de familia, volvió a profundizar en este juego de luces y colores.
Al respecto dice: -Creo que el color me llegó cuando quise ver que no todo era blanco y negro.)
Los lápices son el instrumento con que me es posible expresar, o al menos intentar expresar la plasticidad de algún silencio, la textura y la magia de las sombras.

El arte supera los dolores y las injusticias, es el puente, la posibilidad de no quedarnos contra la pared.

Alguna vez me pregunté para qué publicar un libro de poesías en un mundo cada vez más atado a lo material. Ese día me respondí: “Por eso mismo, para no dejar que las imposiciones manejen nuestro futuro.”
Compartir con otros un poema, una pintura, es sembrar semillas que el viento sabrá hacia dónde llevar; que alguien, no importa quién ni cuándo, pondrá el agua necesaria para hacerlas crecer.

Creo que el arte tiene ese lugar en la vida, permitirnos sacar aquello que duele y mostrar también lo que nos hace felices. .Sin esta forma de expresarnos, sin este estallido, el encierro, las guerras, las tristezas, las ausencias, los exilios, hubieran logrado exterminarnos.
Nuestra palabra, nuestra obra, es nuestra manera de resistir, no sólo para perdurar  sino,  sobre todo,  para modificar.
(SIC)


JOSÉ LUIS RIGANO
Nacido en Morón, pasó su infancia y adolescencia en Merlo, provincia de Buenos Aires, luego de haber vivido un tiempo en Mercedes, regresó a Merlo y allí, mientras se dedicaba a su actividad como Maestro Mayor de Obra, desarrollaba sus estudios de pintura con la Artista Plástica Miroslawa Sakowicz y con los pintores Carlos Gorriarena, Nicolás Menza y Juan Doffo, además de concurrir a otros talleres.
Realizó varias muestras colectivas de pintura en La Casa de la Cultura de Merlo (Bs. As), también en la Asociación Arte y Cultura y en el Colegio Deliberante de la misma ciudad.
Intervino en concursos de pintura donde obtuvo varios premios y menciones en la Galería de Las Naciones y en otras Galerías de Arte de la Ciudad de Buenos Aires.

En una época en que comenzó a hacerse muy ardua la vida en aquella ciudad, sintió la necesidad de efectuar cambios, para lo cual realizó estudios de Profesor de Yoga y Pilates en la Asociación Argentina de Disciplinas Físicas Integrales de Merlo.

Varios hechos sucedidos lo pusieron frente a la oportunidad de iniciar un nuevo camino. Así fue que, llevando todo lo aprendido y, según sus palabras, con sus aciertos y sus errores, llegó a vivir a Pinamar en el año 2005 y desde hace dos años en Valeria del Mar, donde desarrolla su tarea dando clases de Pilates y dedicando su tiempo libre a disfrutar de su lugar, de su familia y de las opciones que, a través del arte, ha elegido para expresarse: La música, la pintura y sus reflexiones que, a modo de poesías, van poblando el espacio de su taller, donde junto a sus pinturas, esculturas y partituras, se abren como inmensas ventanas buscando mezclarse con la naturaleza.

Algunas de sus reflexiones:

“Respecto a lo fugaz del tiempo y nuestro paso por la tierra, pensando que sólo el diez por ciento de nuestras vidas es lo que disfrutamos plenamente, sería bueno hacer un esfuerzo para aumentar ese porcentaje.”

“Siempre me gustó hacer croquis, el movimiento rápido, cada pose inspira algo diferente, ocasiona un desplazamiento distinto de la carbonilla, un sentimiento, un pensamiento, cada cosa toma su color.”

“ Al mirar las estrellas, con esa luz de hace tanto tiempo atrás, siento que nuestro pasado es tan insignificante como nuestro futuro y eso es lo que le da inmensidad a nuestro presente.”

(SIC)

ANGELO SIMEONE

Nacido en la ciudad de General Madariaga cuando aún Pinamar no conformaba un partido independiente.
Co-fundador  en el año 2001 del Parador “Arte en el Mar”, donde se generan experiencias artísticas priorizando siempre el respeto hacia las personas y la naturaleza.
Su vinculación con la pintura comenzó en Italia transformando así su filosofía de vida.

“Si caminando en las calles de Florencia en la tarde noche, tienes la suerte de encontrarte con las musas que inspiraron a Sandro Botticelli, te detendrás, te despojarás de todo lo que venías haciendo y comenzarás a pintar.”

(SIC)

Ha participado de muestras individuales y colectivas en Italia y en Argentina.
Realiza, en diferentes ámbitos, tareas que apuntan a la defensa  de la tierra, los animales, la naturaleza en general y el arte en particular.

“El arte compromete al ser con su entorno, lo despoja de la excesiva materialidad, lo alimenta espiritualmente.”

“La raza humana tiene que comprometerse con ella misma y fijarse la meta de intentar ser feliz.”

“El arte en su máxima expresión une en esencia a los seres.”

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